domingo, 21 de noviembre de 2010

La Identidad Cultural es la cultura "contextuada".

La extrema variabilidad del fenómeno cultural, es uno de los aspectos que más confunden a los estudiantes y estudiosos de la cultura.  No se puede decir que un grupo humano es "idéntico" a otro, por similar, próximo o parecido que sea.  En realidad la cultura de un grupo humano es como su huella dactilar: no hay dos grupos humanos que tengan la misma cultura. Dicho en otras palabras, cada grupo humano tiene su propia identidad cultural, de manera tal, que todas las personas que hayan nacido y se hayan (socializado) educado dentro de esta identidad se sienten igual o pertenecientes a una misma comunidad humana. En realidad lo que comparten y los hace sentirse iguales es el compartir los mismos significados para darle sentido a su vida cotidiana. 

Las diferencias entre formas culturales se explican a partir de lo que llamamos el Contexto Cultural.  El contexto proporciona los elementos significativos que acompañan a una cultura específica, a una identidad cultural.  Si la cultura es la red de significados (la malla de sentido de Max Weber y repetida por Geertz), este entramado humano de sentidos tiene existencia en el contexto de una geografía, su clima, su historia y el conjunto de procesos productivos en que se da la existencia de esa cultura.  La geografía y el clima establecen la dimensión espacial de ciertas características propias del grupo humano, el que se adapta a estas características para (sobre)vivir, de manera que los accidentes geográficos del lugar en que se vive: desierto, zona montañosa, de valles, pampas, etc, y el tipo de clima característico del lugar: húmedo, lluvioso, seco, frío, cálido, etc. pasan a convertirse en importantísimos proveedores de significados específicos del diario vivir para la cultura de cada lugar. Parece apropiado llamarlo el sustrato geográfico de lo humano. 

El otro elemento es la historia, la que proporciona la dimensión temporal de lo significativo ligando los hechos y sucesos del pasado (desde que surgen o aparecen como significantes) a los significados y valorizaciones que le dan su parte de sentido a las cosas del presente, o proyectándose al futuro imaginario.
Por su parte, los procesos productivos proporcionan los substratos restantes. Representan las transformaciones que la gente hace para vivir y desarrollarse: en cualquiera de las actividades primarias (extraer de la naturaleza para uso directo o materias primas), secundarias (la actividad fabril de transformación de la materia prima en bienes de uso y de consumo) o terciaria (los servicios de unos para otros).  Estas actividades que llamamos procesos productivos son parte del contexto cultural, porque establecen también su parte de los significados de los ambientes en que se producen las relaciones entre los hombres –formando sociedades-- con sus divisiones, uniones, estratificaciones, objetivas y subjetivas, proveyendo también su parte de significación del diario vivir.



viernes, 8 de octubre de 2010

Multiculturalidad vs Multiculturalismo



Al hablar de Multiculturalidad, hacemos referencia a un concepto puramente descriptivo, bastante frecuente en la literatura anglosajona que, aplicado a la coexistencia de una pluralidad de culturas, refleja la auténtica situación demográfica de una entidad social en las que muchos grupos o individuos que pertenecen a diferentes culturas viven juntos, cualquiera que sea el estilo de vida elegido.
El Multiculturalismo respondería, por tanto, a una condición ideal de multiculturalidad o a la política empleada para incentivar la diversidad cultural en una sociedad multiétnica, que acentúa, por un lado, el respeto mutuo y la tolerancia a las diferencias culturales dentro de las fronteras nacionales y, por otro, las características peculiares de las diferentes culturas. Y tendría su origen en (1) las reivindicaciones sociopolíticas de derechos humanos y civiles que surgieron en los Estados Unidos en los años 60, (2) en los primeros programas de educación bilingüe en Canadá y por extensión (3) en el resto de los países anglo-parlantes, y la Unión Europea. Sin embargo, este concepto presenta usos muy dispares y hasta contradictorios desde el principio en algunos países pioneros como Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña,
Australia o Suecia, donde pocos docentes coincidirían en el papel y significado exacto del término multicultural, multiculturalismo o pluralismo cultural.
Ahora bien, la principal causa del rechazo a este fenómeno se debe a que, en la Europa continental, se ha venido percibiendo como un concepto más aislacionista, entendiéndose como la coexistencia de distintas culturas en un mismo entorno, en términos de aumentar distancias y acentuar diferencias entre las mismas (Casanova, 2005: 24-25). Algo que se conoció posteriormente como política del reconocimiento a la diferencia, acuñada por Kymlicka (1996; Cfr. Diez, 2004), que implicaba relaciones igualitarias y simétricas entre culturas diversas, si bien promoviendo el respeto sin convivencia.

 De este modo, el multiculturalismo, para muchos teóricos de la sociología y la educación, se ha convertido en un término equívoco, impreciso y hasta en una amenaza para los valores democráticos, al contemplar el respeto por las diferencias, aunque sin satisfacer todas las exigencias de una sociedad abierta a la diversidad (Zapata, 2003: 187).


Cultura e identidad en la diversidad: orígenes y fundamentos

Mientras que los contextos nacionales, sociales y culturales van transformándose y forjando nuevas identidades, comportamientos y modos de interacción, surge al mismo tiempo una visión global del mundo que ha puesto en el centro del debate el complejo fenómeno de la diversidad. Consideraciones como ésta plantean, por tanto, un cambio de perspectiva en la concepción de una nueva sociedad multicultural, que presenta la cultura o la  diversidad.




En la base de muchos debates actuales sobre la multi e interculturalidad, el tema de la diversidad, ha cobrado un gran protagonismo en el contexto educativo desde hace unas décadas. La expresión “atender a la diversidad” había sido entendida exclusivamente como el despliegue de estrategias pedagógicas que permiten aprender a aquellas personas  con especiales dificultades o discapacidades que les obstaculizan el acceso al currículo.
Ahora bien, sin desmerecer la enorme importancia de esta perspectiva, cabría destacar que el desafío ahora es aún mayor. Dado que actualmente se trataría de dar mayor cabida a las particularidades de los diferentes sujetos asegurando el logro de los aprendizajes en todos y cada una de las personas. La diversidad sería, por tanto, la expresión plural de las diferencias, nunca traducidas como negación, discriminación o exclusión, sino como reconocimiento y aceptación del otro como parte de una misma entidad colectiva que nos incluye. De ahí el estrecho vínculo que existe entre el concepto de diversidad e inclusión.
Las nuevas ideas respecto al tratamiento de la diversidad en la educación, han venido precedidas por una serie de factores entre los que podemos señalar: (1) Reivindicaciones de los derechos a la igualdad de oportunidades para las minorías, (2) una educación comprensiva inclusiva, para todos, desarrollada por la LOGSE, basada en el respeto a las diferencias y el rechazo a cualquier tipo de discriminación y (3) la individualización de la enseñanza.


Por otro lado, el término de cultura se entiende como un patrimonio que singulariza y diferencia a los grupos humanos entre sí (Kroeber & Kluchon, 1952), y más concretamente como todo aquello que la especie humana “ha elaborado para poder sobrevivir, perpetuarse y extenderse en la búsqueda de nuevos espacios en los que habitar” (Cabello, 1993).
Sin embargo, esta búsqueda de la permanencia no implicaría una definitiva inmutabilidad de la cultura, al encontrarse sometida a constantes cambios por el propio grupo que la sustenta (Muñoz, 1997). De este modo, podría decirse que hemos pasado de una concepción de ‘cultura’ como categoría estática, a un planteamiento de ‘culturas’ como un proceso abierto, dinámico, flexible y cambiante (Casanova, 2005: 21-22), o mejor aún a un concepto de “individuos con identidades culturales diferentes” (Montes, 2008: 86).
(Documento: cultura y sociedad, IV foro de espacios culturales, Bogotá- Colombia)


domingo, 22 de agosto de 2010

CARTAGENA... contexto cultural.

Cartagena, por ser una ciudad acogedora en todos los sentidos(turistica, negocios y placer), permite que diversas culturas se desarrollen dentro de ellas, como lo son: rockeros,punkeros, entre otros, todas estas costumbres adquiridas o aprendidas se basan en métodos de experiencias vividas de cada uno de sus miembros, los cuales comparten y crean pàrametros de supervivencia frente a las otras practicas culturales.

Una gran parte de los jóvenes de la ciudad de Cartagena, se identifica con alguna práctica cultural y es posible que deseen de cierto modo pertenecer a una de ellas, ya sea por el objetivo o por lo que allí se realice, pero al parecer formar parte de una de estas no resulta tan  fácil, puesto que hay ciertos requisitos que hay que cumplir, como por ejemplo: una determinada personalidad, una forma de vestir particular y gustos diferentes, bàsicamente parecen ser pequeñas reglas, pero,¿será todo asi de fácil estando allí dentro?.

los espacios en los que se mueven los jóvenes de las diferentes "SUB- CULTURAS"estan enmarcados por caracteristicas similares a ellos, es asi que estos lugares son considerados "sagrados", permitiendo de cierto modo dejar de ser una simple apariencia y convertirlos en lugares en donde se fomenta la idea de creación de un mundo homogeneo.

jueves, 19 de agosto de 2010

cultura y jóvenes...

En la ciudad de Cartagena se presenta una diversificación de representaciones artisticas, estan aquellas que por algún motivo se desarrolla como un grito de desesperación y otras como métodos de sobrevivir a un mundo tan hostil, aunque tan parecidas en su objetivo, son muy diferentes en sus practicas.

En ocasiones el ser humano se ve obligado a buscar diferentes formas de expresar sus deseos, temores, sueños, etc...  y estas expresiones son con  las que nuestros jóvenes se ven identificados.